sábado, 3 de junio de 2017

Reflexiones del trabajo

Los electrónicos... Yo os voy a decir qué es un electrónico. Como soy uno de ellos, lo haré al estilo de un electrónico, complicándome la vida.

 Para mi es tener la cabeza  siempre en otro lado, ver cosas que no hay, pero estarán. Es dudar mucho de uno mismo hasta que haces algo funcionar. Después, cuando empiezas algo nuevo, vuelta a empezar.
Dudas,  más dudas. “¿Esto como coño lo voy a solucionar?”
No os preocupéis, sabemos que valemos y que hay base para avanzar. Pero eso, una base con que comenzar. Ahora búscate la vida que esto acaba de empezar.
No hablo de una persona que ha cursado una carrera, o un ciclo profesional, que consiguió sacar un título, sacrificando salud mental. Hablo del eterno discípulo, el curioso insaciable.
-(Se acabó el pareado, no doy para más.)-

(Desplazamiento del Timelapse hecho con slider arcade)


Ahora en serio. El peor enemigo de un buen electrónico es uno mismo. Somos una especie inconformista, complicada y, sobre todo vaga. No me malinterpretéis, cuando comenzamos un proyecto se despierta una obsesión por el trabajo que asegura muchos momentos en vela a altas horas en que la mayoría duerme. Pero sí, somos flojos de cojones. Nuestra vocación viene de una inclinación a facilitarnos la vida, de automatizar y ordenarlo todo con el fin de que lo que construimos nos facilite la vida. ¿Quién no quiere llegar a casa y que se encienda la luz y el aire acondicionado automáticamente, para que solo tengas que sentarte en el sofá? ¿O que las persianas suban o bajen según la luz del día? ¿No estás arto de olvidarte de regar las plantas? ¿No es más fácil construir algo endiabladamente complicado, que en el proceso te jodas la espalda estudiando y diseñando, para que al final el aparato haga por ti la tarea? No, no es más fácil, pero funcionamos así. Después son las personas “sanas” y normales las que salen beneficiadas de estas peculiares motivaciones. Pero, ¿qué queréis que os diga? Somos felices de esta manera, si no, reventaríamos.
Solo os digo, que la persona que se le ocurrió fabricar el primer lavavajillas, o  ese/a que inventó un detector de presencia para no buscar el interruptor de la luz del baño, esos ti@s sí que saben de qué estoy hablando.

(Omar Larbi - Profesión: Electrónico.)

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